Solo tienes que ir a un bosque, al río, al mar, a la montaña para poder comprender y sentir lo que la naturaleza nos ofrece.

Su magia es única, es sutil y variante, como lo son las estaciones del año, como lo son los cambios internos que los seres humanos experimentamos en diferentes épocas de nuestra vida.

Dentro de sus profundas raíces y sus delicadas flores existe todo un mundo de sabores, esencias, aromas, y la gran e inmensa medicina de la Tierra. Dentro de dentro, en sus entrañas, hay una energía de incalculable valor que es la energía de la creación, de donde emana todo, de donde nacemos todas y todos. Nos hemos separado de la naturaleza y nos vemos predidos.

Las enfermedades, las dolencias más comunes con las que trabajo están relacionadas con una enorme sensación de insatisfacciones, miedos, resistencias a la vida y sus variantes. Nos separamos de nosotros mismos y poco a poco nos desvanecemos en las prisas y el estrés, nos conformamos con poco y la vida nos va engullendo en su aparente realidad.

La Madre Naturaleza, sabe. Lo sabe todo. Enseñar a comunicarse con ella y acompañar a dejarse llevar por sus mensajes y sus artes para curar es parte de mi propósito de vida.

Llevo años interpretando el lenguaje de la Naturaleza. Ayudando a personas a través de las enseñanzas que nos ofrecen las plantas curativas que emanan de la tierra, sus funciones, propiedades, el vínculo que exsiste entre ellas y nosotros, esa conexión auténtica y mágica que nos regala Amor y Sanación.

¿Quién no ha sentido en alguna ocasión esa sensación de sosiego y paz tras pasar un día en un bosque , en el campo o junto a un huerto, tocar su tierra húmeda y sentir la libertad de la existencia en cada milímetro de ella?

Sí, soy de esas personitas poco habituales que creen que existen energías en la naturaleza que nos ayudan y protegen, nos acunan en momentos de vulnerabilidad y nos alimentan con sus sutiles aleteos cuando nos acompaña la soledad; esas energías que bailan al son de nuestra alegría y celebran con nosotros la llegada de la primavera, de la lluvia, el sol y lindos atardeceres.

Os invito a crecer junto a ella, a crear y creer en el vínculo que nos une, a experimentar la sensación de sentirse en armonía y equilibrio a través de la curación de las plantas medicinales, maestras y sagradas, el leguaje de la naturaleza y sus elementos y a descubrir juntos sus dones y capacidad de darnos todo aquello que necesitamos.

 

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3 comentarios

    1. Gracias, es un placer compartir mi percepción y ser consciente de que llega a las personas con cierta sensibilidad. un saludo

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