De toda la vida, se han tratado aspectos del Ser Humano con plantas y sus infinitas propiedades.
Desde tiempos remotos, existieron hombres y mujeres, dedicadas a sanar y curar trastornos físicos y mentales a través de las plantas medicinales, maestras y sagradas.
La diferencia está en reconocer sus especialidades y como afectan en nuestros cuerpos sutiles y en nuestra mente, órganos y emociones.
La diferencia entre unas y otras reside en la capacidad que tiene cada una de alcanzar vibracionalmente nuestras capas superficiales o profundas según la inteligencia de cada una con respecto a su forma de trabajar con el Ser Humano. Su trabajo puede estar orientado a trabajar solo el síntoma físico o ir mucho más allá.
Las antiguas culturas indígenas tenían un conocimiento innato acerca de las dosis y fórmulas exactas que podían llevar a la completa curación y en el paso de los siglos se ha ido fomentando la pérdida de estos conocimientos.
Esta sección, es una forma de recuperar, recordar y dar usos a esa información oculta y maravillosa que tanto nos aporta y que es una bendición para nuestro cuerpo y alma.
La manzanilla, la pasiflora, el llantén, la malva y la violeta, la lavanda, la menta, orégano, tomillo y romero, y tantas y tantas plantas especiales que tenemos en nuestro entorno y que por desconocimiento y miedo a su uso se han quedado adornando terrazas y jardines sin saber que pueden armonizar cualquier proceso en el que nos encontremos, solo es cuestión de abrirse a conocerlas y darles uso cotidiano en la botica de nuestro hogar.
Os enseñare a usarlas, identificarlas, trabajar con ellas para hacer alquimia vegetal transformándolas en aceites medicinales, pomadas, tinturas, tisanas e infusiones, cocimientos, incienso y ritualizarlas como medio de limpieza y usos energéticos en tu día a día.
Creer en ellas y sus poderes nos transforma, ver sus contraindicaciones y respetarlas como parte de la naturaleza y como un don preciado y elevado, genera un vínculo que nos ayuda a comprender nuestra propia Naturaleza Sensible.
«La naturaleza es el gran médico y el hombre posee a éste en sí mismo»
Paracelso